

En algún momento te darás cuenta de que ya no hay camino frente a nosotros.
Verás el precipicio y te darás la vuelta, pero ¿sabes que?
No me importará.
He aprendido a volar. Abriré mis alas y saltaré ese precipicio y a lo mejor tú me ves y te atreves a cruzar también.
Pero si no es así, tranquilo. Seguro que en algún lugar acabo encontrando al pajarito que tanto tiempo llevo buscando...