- Porque no importa cuantos besos des. No importa cuantas camas visites. Nunca perderás ese aire de inocencia que ahora tienes. 
- Entonce, ¿qué propones?
- Quédate conmigo.
- ¿Contigo?
- Sí. Aquí, a mi lado. Te daré los besos que tu quieras, las caricias que me pidas, te daré todo de mí.
- ¿Y qué recibirás a cambio?
- La certeza del conocimiento de la felicidad. 
- ¿La tuya?
- No. La tuya. Te haré la persona más feliz del mundo, solo te pido una cosa.
- ¿Cuál?
- Nunca salgas de mi cama. 


Amor existe, solo si tú y él creéis en el amor.