El otro día lloré. Me desperté y LLORÉ. No había nada más que quisiera hacer, lloré, lloré, lloré, lloré... todo lo que quise. Me dejé llevar, cerré los ojos, los abrí. Fue un mal día.
Pero no importa la vida ya me traerá nuevos buenos días.
Así que recuerda, cuando quieras llorar, hazlo, ni importa el momento, pero recuerda que la vida no termina y eso es solo un mal momento que forma parte de ella.