Todas esas noches de secretos, de vasos compartidos bajo el furor de los focos, el olor dulzón de la bruma y los zapatos en las manos. Noches de alegrías, de despreocuparnos de todo y de más. Noches nuestras, noches de humo y alcohol. Noches de diversión. 


Por todas esas y por aquellas. Gracias, amigas mías.