Un día me dijiste que era bipolar. Que habían dos formas de ser yo misma. La buena chica, la que siempre era correcta y se dejaba llevar por el buen camino, la que siempre estaba ahí para los demás. Esa chica que era feliz y se sentía a gusto consigo misma. Y la chica mala, quien luchaba contra todos, a quien los demás le daban igual, quien rompía las reglas y se saltaba los toques de queda. Esa chica que pasaba de todo, que no soportaba ver lo que había a su alrededor, que nunca estaba feliz con lo que tenía. 
Nunca te hice caso. Pasó un tiempo y lo nuestro terminó. Pero no fue mi culpa. ¿o si?





Por que seguramente si lo fue, yo era la culpable y lo sigo siendo, yo y mi maldita bipolaridad. Por que tenía que haberte hecho caso, tenía que haberte escuchado, pero mi lado malo no me lo permitió. Tú simplemente intentabas ayudarme, aunque no lo viera, no en ese momento, no como ahora. Por que soy bipolar, soy buena y soy mala, pero ¿acaso no lo somos todo el mundo?